No voy a explicar ahora que el Barcelona es el equipo del régimen. Eso queda para otro artículo. Sólo unos leves ejemplos a modo de introducción:
¿Dónde se realizaron los JJ.OO.?. ¿En Madrid o en la ciudad del régimen?. En la ciudad del régimen, y todos los periodistas callados. Ni uno dijo o escribió algo del tipo: «Eh, eh, que los JJ.OO. deberían realizarse primero en Madrid, que es más importante, y luego en Barcelona». No hubo ninguna voz discordante, apoyando todos, antes, durante y después, a Barcelona, (cosa que no se hizo con la candidatura de Madrid), así que me quedó ya entonces bien clarito cuál era la ciudad del régimen. Además, la organización de toda clase de acontecimientos deportivos internacionales se organizaban también en la ciudad del régimen, primero con la excusa de que había que ganar experiencia organizativa previa, y después porque era la ciudad que ya tenía la experiencia organizativa. Toma eso, el caso es llevarse siempre el negocio los mismos de siempre. Y esto lo realizó el partido político favorito del régimen, el PSOE, que es y ha sido siempre la vulgar máscara del catalanismo para recaudar votos fuera de Cataluña.
Así que, siendo Barcelona la ciudad del régimen, sería de idiotas no darse cuenta, por extensión y por muchos más motivos, que el F.C. Barcelona es el equipo del régimen, no ya del gobierno.
Radomir Antic.
Estando Ramón Mendoza de presidente del Real Madrid, hubo una temporada en la que echó al entrenador ante la mala marcha del equipo, sustituyéndole Radomir Antic, entonces entrenador de moda. Quitando un par de derrotas iniciales, ganó el resto de partidos de liga, devolviéndole al Patético de Madrid el 0-3 que nos había metido en la primera vuelta de la liga.
El equipo, en la siguiente temporada liguera, tuvo el atrevimiento de ganar todos los partidos, (excepto un empate) hasta mitad de liga, con lo que los medios de manipulación, nerviositos, no paraban de decir sus gilipolleces habituales: «El equipo juega mal». «Ganan de suerte». «Con este equipo, deberían también jugar bien». Ya sabemos que si esta trayectoria triunfal la hubiera estado realizando el Barcelona, les habrían estado besando el culo, pero como era el Real Madrid, el comportamiento era intentar desestabilizarlo a toda costa. Algunos, o muchos, no sé, porque entonces no existía Internet y sólo conocíamos las opiniones de los allegados, veíamos claramente el intento de desestabilización, y cómo se intentaba estimular la prepotencia de los tontolculos madridistas con el cuento de que «con este equipo, además deberíamos jugar bien». Claramente, era una estrategia para que estropeáramos la fenomenal marcha imparable del equipo echando al entrenador a mitad de temporada, ya que deportivamente el equipo era imparable.
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