El éxito de una obra artística depende de la habilidad del autor de producir sensaciones e impresiones en el espectador.
En el caso de la música de bandas sonoras de películas, sucede con frecuencia que sobrepasa la mera función de servir de acompañamiento o relleno, alcanzando una responsabilidad mayor, la de formar parte y/o reforzar el argumento de la película, estableciendo una sinergia con él. Para ello, la música tiene que tener la virtud de estar muy compenetrada con la imagen, con la película.
En estos casos, me parece muy interesante analizar ese simbolismo musical, y la primera obra en la que lo he hecho ha sido:
Brad Fiedel – Theme from «The Terminator».
El tema central de la película «The Terminator» (1984), de Brad Fiedel, es un claro ejemplo en el que la música no sólo tiene valor por sí misma, sino que además contiene un mensaje relacionado con el argumento de la película, que voy a explicar según mi interpretación. Estoy seguro que la intención de Brad Fiedel al componerla es similar a mi interpretación.
Brad Fiedel consigue aunar ritmo y melodía de manera perfecta, lo cual prueba su maestría. Es una música perfecta para la película, electrónica e industrial, y me encanta.
La música es un proceso que evoluciona de menos a más. Comienza con un ritmo mecánico, industrial, de fondo. Este ritmo frío y mecánico simboliza a las máquinas, sin emociones ni sentimientos. Luego empieza la melodía. La melodía es la parte emotiva y sentimental de la música, y simboliza a la humanidad. Así, la clara contraposición entre melodía y ritmo expresa la oposición simbólica auditiva entre la humanidad y las máquinas.
La melodía se oye más fuerte que el ritmo, indicando que la humanidad tiene el dominio, pero coexistiendo con las máquinas. Pero ese ritmo de fondo inquietante anuncia una amenaza. En el minuto 2:13 la amenaza se hace realidad, y aparece el conflicto entre ritmos y melodías (máquinas contra humanidad). La intensidad de la canción alcanza su cénit, por el subidón de la intensidad sonora de los ritmos, que se vuelven protagonistas y machacones. Aparece además un sonido metálico rítmico de refuerzo que apoya más que antes el carácter inhumano y simbólico de los ritmos. Los ritmos se hacen con el dominio absoluto de la canción, pasando la melodía a un segundo plano: Es el triunfo de las máquinas. Y después, las melodías terminan extinguiéndose, quedando solamente los ritmos que ya no son machacones, sino machacantes: Es el fin de la humanidad.
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Etiquetas: Brad Fiedel, canción, encuesta, Terminator.